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Se necesita mucho más que un impulso para arriesgarse a querer. Se necesitan más que palabras, más que cartas. Se necesita tener esa experiencia, se necesita aprender de la peor manera.
A diferencia tuya, yo nunca me confesé en ningún lado más que en mi cabeza. Algunas cosas pasaron a ese cuaderno que terminó en llamas, pero solamente yo sé las palabras exactas que se cruzaron por mi cabeza desde que te conocí. Una y otra vez atormentándome, castigándome y al mismo tiempo salvándome como heroínas de una persona perfecta.
De todas formas… demasiadas veces dije que te lo daría si estaba loco, creo que sería justo que lo tuvieras si ahora me siento el más demente del mundo. Yeah, pero loco por usted princesa. So… las cosas más importantes que pude restaurar de mi cuaderno.

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