Creí poder controlar todo esto… pero es más fuerte de lo que puedo soportar.
Hacía ya miles de horas en que la pluma no se remojaba en aquella tinta oscura. La última palabra que había formado era un apellido para terminar una carta odiosa, no era nada comparada con las intenciones que ahora tenía.
Con miedo como siempre, haciendo piruetas. Evitando y rodeando la nada imitándome en cada trazo. Intentos fallidos de escribir una sola expresión y que se entienda.
La pluma nunca miente, no puedo ocultarle nada cuando la tengo en mis manos. Es como si al escribir reflejara todo lo que rondaba a mi alrededor. Como si mi alma se traspasara a cada una de sus lineas.
Un nombre. Mi pluma pudo a duras penas escribir un nombre, rompiéndo el hechizo de la objeción. Incontrolable deseo de la desdicha, ya tenía consiencia de que ella me mostraría mi verdad.

¿De qué color son mis ojos?
¿De qué color son los suyos?
Sus ojos han despertado en mí aquellos defectos que creía ocultar perfectamente. No puedo, no con todo. Pero quiero. Y es todo su culpa.

Tu culpa, la única que puedo culpar es a ti. Por hacerme querer interrumpir una boda y secuestrarte, llevarte conmigo y lejos. Dónde no exista nada más que nuestra realidad, lo más importante. Donde no haya más que nuestra tormenta.

Había una vez un corazón oculto entre los pliegues de un hermoso vestido… vanidoso, encerrado en una burbuja de realeza firme y decisiones incompletas.
Un corazón rodeado de oro brillante, de cosas que hacían su rutina llevadera. Un corazón tras los barrotes de una princesa.

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Lo pensé, lo pensé muchísimo. Lo juro.
No estoy enojado, pero era una buena forma de ocultar cuanto me había dolido. Sabe demasiado sobre mí, aunque no se de cuenta yo sé que lo sabe todo. Daaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaamn duele ¬¬ voy a romper este cuaderno. Después de todo no sirve, algún dia lo voy a quemar. Puede que sea hoy, o enterrarlo. O regalarlo a alguien que no le interese en lo más mínimo y lo use de apoya vasos. Se, de todas formas todo lo que siento no llega. Todo lo que escribo no sirve, porque la única forma que tengo de decir cuanto amo es así, pero no funciona. Entonces a la mierda, ya fue.
Pero no me lo explico, no termino de entenderlo. Meses atrás hubiera dicho que no me importaba nada y de una vez tiraria el cuaderno por la ventana- Pero ahora no, ahora es diferente y necesito que se entienda.
Te amo princesa, todo es tu culpa. Cada minúsculo cambio, cada reacción y este sentimiento es por tu culpa. Puedo estar ofendido, dolido, enojado o desilucionado. Perp descubrí que dejar de hablar no soluciona las cosas, tirar el papel o romper la pluma menos. No sé, no tengo idea cómo ser, cómo cambiar otra vez. Me arrepiento de arrepentirme de quererte de esta forma, se entiende? Pero no te importa, no te molesta entenderlo. O solo soy yo, whatever. Sea feliz con su vampiro, su príncipe y ese castillo enorme que la espera.

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Decir “no” y obligarse a olvidar, a dejar que cada nuevo minuto reemplaze los segundos del dolor. Prometiéndose que el túnel se acaba, que la luz está aquí y nada puede detenerla. Decir “está bien” mientras me esfuerzo en creermelo, “no es nada” mientras que el todo me derrumba.

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